La autorrealización del ser humano implica cristalizar alma y espíritu en tres montañas. En la primera montaña el alma se va liberando del ego mediante la muerte psicológica, la creación de cuerpos solares y el sacrificio por la humanidad. En la segunda montaña, el Cristo Íntimo trabaja en la eliminación de los “yoes causa” y la creación de cuerpos de oro, cristalizando el espíritu. Este proceso desarrolla virtudes, poderes y facultades latentes, llevando a la integración total del ser. Y en la tercera montaña se logra la unificación total de las distintas partes del Ser.
Cristalización del alma
El alma, en su esencia, es un conjunto de virtudes, poderes y facultades que actualmente están limitados por el ego. Cristalizar el alma implica liberar esas virtudes y permitir que sean utilizadas por nuestro ser interior mediante los siguientes trabajos:
- Muerte psicológica:
Cada vez que identificamos un defecto psicológico (como la ira, el orgullo, la codicia) y lo desintegramos con ayuda de nuestra Madre Divina, nace una virtud en su lugar. Por ejemplo, al eliminar la ira, florece la paciencia. - Nacimiento espiritual:
Se refiere a la creación de los cuerpos existenciales superiores del ser (físico, vital, astral, mental y causal solares), vehículos necesarios para el desarrollo espiritual. Este nacimiento se logra mediante la unión sexual consciente entre varón y mujer, elevando la energía sexual sin desperdiciarla. Si quieres saber más en detalle cómo realizar esta practica, puedes ver el tema de Los Siete Cuerpos. - Sacrificio por la humanidad:
Compartir desinteresadamente este conocimiento es esencial para avanzar en este camino.
Las tres montañas
El camino de autorrealización se desarrolla en tres grandes etapas:
- Primera montaña:
- Cristalización del alma mediante la eliminación del ego y la creación de cuerpos solares.
- Al alcanzar la quinta iniciación, se debe elegir entre el camino del Nirvana (espiral) o el camino directo, que es más difícil pero conduce a la unificación total del ser.
- Segunda montaña:
- Aquí se cristaliza el espíritu. Este trabajo lo realiza el Cristo Íntimo, que nace dentro de nosotros tras elegir el camino directo.
- Se eliminan los “yoes causa” y se crean los cuerpos de oro, que son una versión superior de los cuerpos solares.
- Tercera montaña:
- La unidad total del Ser se logra en esta etapa, donde todas las partes del alma y el espíritu quedan integradas en armonía.
Poderes y facultades del alma y espíritu
A medida que se avanza en este trabajo, se desarrollan poderes como:
- Clarividencia: Visión en dimensiones superiores.
- Intuición: Conexión directa con el conocimiento del ser.
- Oído mágico: Escuchar en planos superiores.
Además, el ser interior adquiere dominio sobre los elementos de la naturaleza y la capacidad de recordar vidas pasadas.